WMwientras el Banco de España insiste a las entidades bancarias españoles en que frene la fiebre hipotecaria, ésta aumenta su específica cartera de créditos a un ritmo desbocado. De hecho, es el negocio que más crece en nuestro país, como pone de manifiesto el dato de que el año pasado aumentó en más del 25%, cinco puntos por encima de la mejora global de sus beneficios. Ante ese panorama, la Asociación Hipotecaria Española (AHE), una sociedad que pertenece a los bancos y las cajas de ahorros, ha hecho un anuncio muy alarmista sobre las consecuencias de una eventual e improbable subida de tipos de interés a medio plazo. Todo el mundo se pregunta qué hay detrás de ese arrebato de los banqueros cuando existe la creencia de que no existe peligro de un repunte súbito del precio del dinero.

Las posibles respuestas a esa pregunta no pueden ser más inquietantes. O intentan vender hipotecas a tipo fijo (a un precio muy superior a las del interés variable) o quieren vender seguros que protejan a los hipotecados. En cualquiera de los dos casos, el resultado es que además de fomentar --voluntaria o involuntariamente-- la desbocada carrera de la burbuja inmobiliaria, fomentan, por encima de todo, su propia cuenta de resultados.