Ocurren muchas cosas en este país nuestro, muchas, acaso demasiadas en una democracia que, como todos saben, lo mejor es que sea aburrida; ahí está la manifestación de hoy sábado, convocada por el Foro de Ermua, que da pie a enfrentamientos poco sutiles entre las fuerzas políticas y los medios alineados. O la contraprogramación del Gobierno, con ese mitin en Leganés que contará con la presencia estelar de Zapatero , quien, ya lo verán, hará algún anuncio curioso, cuando menos. Está inmerso ZP en una especie de segunda transición, buscando salidas a los túneles que inició, inventando conejos y chisteras y ello puede llevarle a derivas y caminos insospechados.

Porque cada vez está más clara la intención del presidente del Gobierno de zambullirse en esta segunda transición, que retoque la Constitución más a fondo de lo inicialmente pretendido, tras haber propiciado nuevos estatutos de autonomía y relaciones interterritoriales, nuevos planteamientos en materia social y de política exterior y quién sabe si futuras reformas en el mundo de las relaciones económicas.

XO SEAx, que seguimos introduciéndonos en una nueva era. Ahora, el penúltimo artífice de la transición, de la primera transición --el último es el Rey Juan Carlos --, anuncia que se retira. El patrón de patronos , José María Cuevas , presidente de la CEOE, se marchará dentro de cuatro meses, dice, por razones de salud.

Cuevas ha contribuido a muchas cosas en el marco de ese gran abrazo entre las españas que fue aquella primera transición. Los franquistas y los comunistas, y desde luego también los socialistas y los centristas, renunciaron a sus planteamientos de máximos y levantaron el armazón de ese edificio que nos ha llevado hasta aquí, un lugar crispadamente templado en el que nadie podrá rechazar la frase, manida pero cierta, de que cuando peor estemos, que estemos como ahora . Cuevas, hizo no poco por llegar a una paz laboral que, con la imprescindible ayuda de los sindicatos, nos condujo a una estimable tranquilidad económica. Con todas las injusticias que se quiera a la hora del reparto, con jóvenes mileuristas, pero que sustituyeron a los jóvenes desempleados; con cifras escalofriantes de dinero negro, pero con dinero al fin. Con corrupción del ladrillo, pero con ladrillos. Nos dejan un patrimonio que conviene corregir en sus aspectos negativos, pero que no se puede malbaratar.

Ahora que Cuevas dice que se va, y con él toda una época y una manera de hacer, nos asomamos al abismo del futuro. Contra lo que ocurrió en la primera transición, ahora las posibilidades de entendimiento nacional en torno a unas cuantas cuestiones clave parecen bastante remotas, y eso va a lastrar los planes de Zapatero, sin por ello ayudar a las posibilidades electorales de Rajoy , sino a las de la abstención o el voto en blanco. Ahí están la manifestación de hoy y ese acto protagonizado por Zapatero, donde, qué duda cabe, se va a dar leña en abundancia al PP, como en la marcha por las calles madrileñas por la tarde se va a dar leña al Gobierno, aunque sea en ambos casos con una educada sordina. Ya lo dice Zapatero: "recibí un Estado debilitado, pero dejaré una España más fuerte". Muy reveladora frase. Lo peor es que, entre unos y otros, nos dejen dos españas, algo contra lo que el Rey, Cuevas y los políticos de la primera transición se esforzaron por luchar.

La marcha de Cuevas debería servir de meditación a los responsables de gestionar la cosa pública, estén en el Gobierno o en la oposición. Porque esta segunda transición , suponiendo que de algo así se trate, se diseña con trazos erróneos si no se fundamenta en algunos consensos básicos.

*Periodista