Se despacha uno de los jóvenes de Almendralejo que detuvieron en Eindhoven por pintarrajear la pared del aeropuerto diciendo que le da rabia que en Holanda no puedan hacer determinadas cosas que en España no son tan graves o no son delitos. Me imagino la cara que pondrían los policías holandeses cuando escucharan eso de que en España está permitido escribir lo que a uno le de la gana en pared ajena. Quizás alguno de ellos pensara: "Hombre, pues yo tengo un niño de 15 años y le gusta mucho guarrear paredes con aerosoles, así que mañana mismo lo mando a España para que perfeccione la técnica".

Para que no haya malos entendidos convendría que las autoridades policiales españolas desmintieran ante las holandesas lo que ha dicho este joven, diciendo que en España no está permitido guarrear paredes, pero se consiente; no está permitido que los perros defequen en las aceras y sus dueños dejen las caquitas sobre las losas, pero se consiente; no está permitido mear en cualquier calle, pero se consiente; no está permitido romper tímpanos ajenos con escandalosas motocicletas, pero se consiente. No se debería consentir que los padres permitamos a nuestros hijos hacer lo que les da la gana, pero se consiente.

Dicen estos jóvenes que los holandeses les trataron muy bien. ¿Y porqué no hicieron ellos lo mismo? Sin embargo sellaron su viaje con la típica gamberrada.

Holanda es un país multirracial que tiene un sano concepto de libertad. Son muy tolerantes y permisivos, y además, saben respetarse. En España no entendemos de eso y estamos confundiendo la sana tolerancia con un perjudicial consentimiento; y lo malo es que no hacemos nada para evitar que se confundan los términos. Y si una autoridad se lo propone, ya habrá quien intente pararle los pies. Prueba de ello es lo ocurrido al alcalde de Baños de Montemayor. Europa, qué cerca te vemos, y qué lejana estás.

*Pintor