TQtuizás los mayores hayamos entrado en la era de la perplejidad. Observamos, nos asombramos, pensamos y hasta sentimos miedo. Ahora, no dudo que la perplejidad es el principio de la sabiduría, por eso es verdad aquello que del viejo el consejo. Nos quedamos atónitos viendo cómo juega el amor y el odio con el corazón humano. En estos días observamos a la ciudad andando a gata como los niños y a los políticos, aspirantes a legisladores, recorriendo ciudades y pueblos como tontos, corriendo sin perder el tiempo, fingiendo ganar el ya perdido y vendiendo sus mercancías en los mercados del engaño y de la hipocresía. Abrí los ojos como plato ante la TV viendo a ignorantes sentados junto a los sabios elevando su pasado a tronos de gloria, adornando su presente con los delicados mantos de la abundancia y preparando un diván suntuoso para el futuro. Allí estaban los ladrones de la ignorancia saqueando los tesoros del saber. En un canal observamos cómo los intrusos se sientan en la mesa del conocimiento, barbotando groserías. Escuché una charanga que entre sonidos de flauta me enseñó una gran verdad: "La vida es una hechicera hay que saber sus artimañas para poder escapar".

*Licenciado en Filosofía