Lo de "perro no muerde perro" era una especie de juramento hipocrático tácito entre la profesión. Acuerdo implícito por el que periodistas y medios nos respetábamos. Luego llegó una época en que esta norma empezó a romperse. Su nota más significativa fue el contubernio de un grupo de periodistas y algunos medios que empezaron a morder contra periodistas y medios que ellos calificaban alineados al socialismo, entonces en el poder. Más adelante, calculo que en los dos últimos años de manera desaforada, la alineación de los medios públicos a la defensa del gobierno ha sido tan burda, intolerable e intolerante a diferencias, que no sólo se continuó olvidando el axioma, sino que incluso el ciudadano empezó a notar que además de tomársele el pelo, se sonrió porque las nuevas tecnologías han contribuido a que aquellos lodos se le volvieran barros a los manipuladores. Ahora, de alguna forma, tras el resultado electoral, algunos han vuelto a llamarle tonto al pueblo achacando la victoria a una serie de medios que han vuelto a morder otros medios, algunos de los cuales han sido condenados por jueces y compañeros de manipuladores. El pueblo no es tonto, que decía Maquiavelo, y suele pasar facturas. Una la pasó el 14-M.

*Periodista