WEwl precio del petróleo superó ayer, en Europa, los 74 dólares por barril. Hace sólo dos años preocupaba mucho que alcanzara los 35 dólares, porque era el coste máximo que habían previsto los gobiernos europeos a la hora de concretar sus presupuestos. Aquel cálculo únicamente se ha paliado porque la cotización continúa fijándose en dólares, de modo que el tipo de cambio del euro sigue fuerte y eso abarata algo la factura del crudo importado. Esta cotización, alcista e imparable, se asemeja a la que en 1979 acompañó a otra crisis entre EEUU e Irán, en tiempos de Reagan y Jomeini .

Para España, la subida estructural del petróleo es un dato más perjudicial que para el resto de las economías europeas. Como somos uno de los países de la UE de los Veinticinco que depende más de importar este combustible y sus derivados para impulsar el PIB, ahora debemos asumir, como advierte el Banco de España, que también hemos de revisar las alegrías de nuestro modelo de crecimiento. Porque se acaban, quizá para siempre, los precios baratos de las materias primas.

El aumento irreversible de los costes energéticos es el aviso definitivo para que encontremos un esquema económico nacional adaptado a esta realidad.