WEwn los periodos vacacionales se aprecian de una manera más evidente los aumentos del precio de la gasolina porque una buena parte del consumo anual de la mayoría de los ciudadanos se concentra en esos días, no porque los incrementos de precios se produzcan sólo en estas fechas. De hecho, la cotización del petróleo de referencia en Europa, el Brent, alcanza estos días máximos históricos en el mercado de Londres, en torno a 70 dólares, pero se refiere a las entregas que deberán realizarse en mayo. Las tarifas actuales de las estaciones de servicio reflejan subidas anteriores y, en consecuencia, aún deberán subir algo más en las próximas semanas.

La gasolina se ha encarecido mucho, más de un 8% en lo que va de año. Pero quien haya decidido pasar unos días en la playa, en casa de sus familiares o viendo los pasos de las procesiones no va a cambiar sus planes. En estas circunstancias --dirán los economistas-- la elasticidad de demanda de la gasolina es muy baja porque nadie puede prescindir de su consumo a no ser que desista de sus proyectos. Pero habrá que ver qué ocurre si la última amenaza de este mercado tan inestable --los temores sobre un eventual ataque de Estados Unidos a Irán-- se confirma.