Parece que por fin vamos mejorando en algo, aunque no del todo. Nuestros alumnos españoles participantes en el estudio internacional de progreso en comprensión lectora, PIRLS, han mejorado un total de 15 puntos, respecto a las del 2011, una mejoría notable, pero insuficiente.

La prueba ha sido realizada a nuestros alumnos de 4º de Primaria pero no a todos, la prueba es de muestreo y sólo Euskadi, Andalucía, Asturias, Castilla y León, Cataluña, La Rioja y Madrid han solicitado la ampliación de las pruebas para obtener datos fiables, por lo que el resultado global no es fiable.

Nuestra educación con diecisiete sistemas educativos distintos, con sus respectivas políticas educativas y sociales distintas, programas, ayudas, etc., y con evaluaciones de muestreo en contra de ampliadas, dan diecisiete resultados distintos con sólo siete fiables. Incomprensible. Cualquier tipo de evaluación, máxime cuando se trata de la comprensión lectora de nuestros alumnos, debiera ser censal. Esa es la primera conclusión que debiéramos replantearnos a nivel educativo en España, que esperemos regule el Pacto Educativo, la necesidad de coordinar las mismas pruebas para todos los alumnos y todas las CCAA. Si no sabemos cómo estamos, difícilmente podremos mejorar, en todo caso empeorar.

España es diferente, y nuestro sistema educativo también, Por poner un ejemplo, en España, los alumnos con familias de nivel sociocultural alto, sacan peores resultados que los alumnos del resto de los países con familias del mismo nivel. Por el contrario, los alumnos con familias con bajo nivel sociocultural, sacan mejores resultados que sus homónimos en el resto de países.

ESTE dato que parece una curiosidad, se llama, en el caso de contextos socioculturales bajos, resiliencia, que en el ámbito educativo son aquellos alumnos de contexto socioeconómico y cultural desfavorable que, aun así, responden con un alto rendimiento académico.

La explicación puede estar en una excelente política centrada en la igualdad y equidad educativa, algo que nos honra, pero quizás estemos olvidando al resto. Esperemos que dentro de cinco años mejoremos la resiliencia y la excelencia en un solo resultado fiable, y que los entendamos, claro.