El pasado día 14, este periódico daba cuenta del abandono en está un bloque de cien viviendas sociales en el barrio cacereño de La Mejostilla. Portales destrozados, cristales rotos, escaleras y descansillos llenos de basura, paredes con pintadas...Un triste espectáculo. Esta situación es consecuencia de que los pisos llevan dos años acabados y sin entregar. Causa verdadero estupor que en una ciudad como Cáceres, en la que hay centenares de familias de recursos limitados que necesitan mejores viviendas en que vivir, exista un bloque como éste, deshabitado y a merced de los gamberros. Causa estupor tanto derroche del dinero de los ciudadanos y tanta despreocupación por parte de la administración que tiene la obligación de velar por él: Junta en su calidad de titular de las viviendas y Ayuntamiento porque es el encargado del trámite administrativo para baremar y adjudicar. No es posible que este deterioro del patrimonio social se deba a la lentitud en la tramitación del proceso de adjudicación de los solicitantes, porque entonces ocurriría en todas las adjudicaciones de viviendas sociales de la región. Lo que es seguro es que se trata de falta de celo porque, si lo hubiera habido, se habrían puesto los medios para evitar el deterioro, que tanto costará ahora reparar.