Acabamos de cerrar la revisión de medidas del Plan de Fomento y Calidad en el Empleo --PFCE--; objetivo que CCOO venía reclamando con insistencia porque esas medidas debían ajustarse a la situación actual y a la previsible en un futuro cargado de dificultades. Afirmamos que ha sido un ejercicio de concreción de medidas, acompasadas coherentemente con la hoja de ruta marcada por el Pacto Político y Social de Extremadura, consensuado en la pluralidad.

Solo el aumento del paro en Extremadura, en los dos últimos años, en más de 35.000 personas justificaba una revisión contundente del Plan. Análisis como que el desempleo de los jóvenes aumentó en más del 70%, con un fracaso escolar de los varones cercano al 40% o que el desempleo correlaciona con el tamaño del municipio y/o su dependencia con respecto a sectores como la construcción, nos situaba en otro escenario para su reformulación.

Que las mujeres sigan siendo la parte trabajadora más precarizada, o que nuestro futuro debe pasar por una diversificación económica, son análisis que no podían ser obviados en la redefinición de una estrategia que se dirige al mantenimiento del empleo y a la adecuación de una cualificación comprometida con un patrón de producción sostenible.

XEN LOS PROXIMOSx meses, tendremos que afrontar las consecuencias negativas derivadas no solo por la reducción presupuestaria de la Junta de Extremadura, sino por el impacto del Plan de Ajuste del Gobierno central, con repercusiones en el consumo de empleados y pensionistas, amplificándose su incidencia con los recortes en inversiones públicas estatales en nuestra región retrasando crecimiento y creación de empleo.

En este contexto, CCOO ha reclamado redireccionar financiación procedente del PFCE hacia la contratación directa en entidades locales con un doble objetivo: propiciar un empleo, acompañado de formación certificable, dirigido a jóvenes sin cualificación profesional, y atemperar los efectos de la crisis sobre aquellas personas que comienzan a salir de la amortiguación que ha supuesto, hasta ahora, las prestaciones sociales. El presidente Fernández Vara , el pasado 10 de junio, presentó en la Asamblea de forma fiel las medidas negociadas y un Plan de Empleo consensuado con los agentes sociales con una financiación de 73 millones de euros, que es una oportunidad para 10.000 personas y que sindicalmente estamos comprometidos en su rentabilidad social y cualificadora.

El Plan de Fomento ha reaccionado con agilidad, activando todos los recursos disponibles con medidas que en su momento fueron exclusivamente pensadas para la convergencia en empleo con el resto del Estado y que ahora han debido ser reorientadas para responder a un escenario bien distinto de desprofesionalización de jóvenes y mayores porque muchos de ellos no podrán volver a su anterior profesión; de necesarios itinerarios para los que han abandonado el sistema educativo prematuramente; de nuevas cualificaciones y capacidades para nuevos empleos; de estímulos para innovadores emprendimientos en sectores emergentes; de inversiones alternativas frente a desvalorizadas subvenciones; de propuestas para empresas con expediente de regulación de empleo, dando un paso más en medidas inclusivas y conciliadoras del trabajo y familia.

Desde CCOO consideramos que la activación y difusión de todas estas medidas debe ser coincidente con la puesta en marcha de los denominados Planes Territoriales y Locales de Empleo que deberán ser su altavoz comprometido para la descentralización de las políticas activas y un mayor vínculo con las propuestas de desarrollo rural en una vertebración territorial donde aunemos capacidades colectivas que multiplique la inteligencia territorial, aprendiendo a conciliar propuestas, generar iniciativas y hacer sostenibles los recursos que son escasos.

Desde la limitaciones de Extremadura y del PFCE, estamos seguros que sus resultados serán proporcionales a los esfuerzos renovados en una concertación social en nuestra comunidad que debe seguir manifestándose dinámica y leal a pesar de las agresiones y bandazos de un Gobierno central preso de los mercados financieros, evitando una cascada de confrontaciones sin límite que pondría en riesgo toda una tradición de consenso y que por esa razón añade más valor al mantenimiento del diálogo social en nuestra región; que dicho sea de paso, es un diálogo que echamos más que en falta en el plano nacional. Si en épocas de bonanza la concertación fue un acierto, en este periodo de crisis su ausencia es una necedad y el reciente Real Decreto de Reforma Laboral es una muestra de ello. El Plan de Empleo, en nuestro caso, es un puente para el diálogo.

*Secretario de Formación y

Empleo de CCOO de Extremadura.