A pocos cacereños nos sorprende la decisión de la Junta de Extremadura de paralizar la tramitación del Plan General Municipal de Cáceres. Las previsiones desmesuradas y sin fundamento sobre el crecimiento de la población en los próximos años, y el número excesivo de viviendas estimadas, es el argumento principal por el que se recomienda al Gobierno local imaginar un crecimiento de la ciudad más acorde con previsiones ajustadas a un futuro realizable.

Un Plan General no deja de ser una norma municipal, con sujeción a la ley y a los intereses generales de los ciudadanos, que dibuja cómo, cuándo y por dónde debe de crecer la ciudad en los años venideros. Parece razonable que las previsiones para la puesta en valor de suelo sean ajustadas a una evolución realista de la ciudad, y la ejecución de los sectores se proyecte de forma progresiva y sostenible. Por tanto, las recomendaciones planteadas por la Junta de Extremadura no pueden, objetivamente, ser consideradas como injerencias, toda vez que por ley es garante del cumplimiento de las normas urbanísticas.

Presumir una ciudad para el año 2017 de alrededor de 192.500 habitantes (con un incremento porcentual del 107% en sólo 10 años), o de 325.000 ciudadanos en el horizonte de 25 años, (285%), no deja de ser un ejercicio de futurología.

XNUNCA LAx historia de Cáceres, desde que se inicia el registro de los primeros censos de población, allá por el año 1842, ha conocido crecimientos poblacionales como los que se consideran en el PGM. Los mayores incrementos de la población de hecho se produjeron entre los años 1910 y 1920 (31,5%), de 1930 a 1940 (52,2%) y de 1970 al año 1981 (28,1%). Considerando la otra variable poblacional, como es la población de derecho tampoco las cifras tienen nada que ver con las previsiones del PGM de Cáceres. Así, los aumentos más destacables se producen en la década comprendida entre el año 1910 a 1920 (38,8%) y entre 1940 y 1950 (37,8%). Ello, a pesar de que el siglo XX se caracterizó por una etapa de notables fluctuaciones poblacionales.

Si nos detenemos a ver la evolución de los hogares cacereños en el último siglo, según los datos del INE, podemos comprobar que en la ciudad había 4.466 hogares en el año 1900 y 27.562 en el 2001. El nuevo PGM, ahora cuestionado por la Junta de Extremadura, cifra 33.000 nuevas viviendas en un horizonte de entre 10 y 15 años, o 50.000 en un periodo más amplio en el entorno de 25 años. Es decir, en sólo una década se aspira a duplicar el número de viviendas, sobre los algo más de 27.000 hogares actuales. Esta previsión es tan inconsistente que carece de toda credibilidad social.

Visto lo visto cabría preguntarse: ¿Qué puede haber detrás del diseño urbanístico de una ciudad que planifica suelo para viviendas de una forma tan sobredimensionada y sin justificar de forma concluyente su ejecución, si no es la de favorecer a determinados propietarios?

El PP aprobó el Plan con la arrogancia de quieres se creen poseedores de la verdad absoluta, y ahora acaba de ser suspendido por su miopía política. El Gobierno municipal con humildad, dedicación y mucha mano izquierda, deberá de aprobar el examen con nota. Pero no hay que rasgarse las vestiduras, la revisión del nuevo PGM es mucho más que El Corte Inglés, y es tan importante su aprobación definitiva que por el bien de la ciudad necesitaría el concurso de todos.

Si bien el paso del tiempo genera incertidumbre y lo más deseables es que el nuevo Plan vea la luz cuanto antes, quizás en este caso el mejor refrán a tener en cuenta es, el de vísteme despacio que tengo prisa . Ya se está trabajando con intensidad para que la revisión del Plan pueda ver la luz antes de que termine el año.

No hay que dramatizar la situación, la desaceleración en el sector de la construcción por la caída en la venta de viviendas sólo es un ajuste, y esta situación se veía venir (especulación, incremento desorbitado de los precios, exceso de oferta y subida del precio del dinero, entre otras). Estas causas no obedecen a cuestiones coyunturales, --como puede ser la vigencia del PGM de Cáceres--, sino a aspectos estructurales de un sector que ha crecido en los últimos años muy por encima de sus posibilidades.

El impulso al sector de la construcción no sólo será propiciado por la posibilidad de edificar, pues otras importantes inversiones en infraestructuras (AVE, aeropuerto, ronda este, aparcamientos, centro para la creación joven, factoría joven, etcétera) previstas de acometer en los próximos años en Cáceres serán generadoras de actividad productiva y empleo.

*Concejal Ayuntamiento Cáceres.