Una mano de pintura y treinta años. Nada más. Esas eran prácticamente las únicas diferencias que separaban las imágenes de las dos locomotoras diésel que ayer reproducía EL PERIODICO EXTREMADURA en su primera página. Trenes con más de treinta años de servicio todavía recorren las vías férreas extremeñas, una vez más para escándalo de usuarios, sindicatos y administración autonómica, que desde hace años vienen reclamando un plan de modernización del tren en Extremadura que vaya más allá de un simple lavado de cara de sus equipos.

A todo ello se añaden los problemas de conservación de la vía, lo que obliga a que unidades que podrían circular a unos honrosos 120 kilómetros a la hora se queden entre los 60 y 71 kilómetros, una evidencia más del abandono del entramado férreo extremeño. Por contra, Fomento nos sorprende con un arreglo de vías que parece obedecer a la eventual liberalización de los servicios de mercancías, con la consiguiente y obligada reparación de las líneas en desuso.

Sin duda, a la vista de realidades de este tipo se hace todavía más lejana la futura implantación de la Alta Velocidad. Para que las infraestructuras extremeñas estén dotadas con garantías será necesario el AVE y también una red regional en condiciones.