Los hipermercados Carrefour empezaron a poner en práctica ayer en la región su campaña de sustituir las tradicionales bolsas de plástico por otras reciclables y de varios usos. La iniciativa está suponiendo para esa firma una gran operación de márqueting, puesto que pocas ha habido que hayan tenido tanto eco en la sociedad y ocupado tan generosos espacios en los medios de comunicación, incluido este.

Y es que lo que se ventila aquí es el de llevar el problema de la sostenibilidad a la vida cotidiana, un asunto que trasciende, y mucho, el de las bolsas de plástico, aunque la supresión de las mismas es una manera de empezar a abordarlo tan buena como otras.

Está bien que los ciudadanos tomen conciencia de que el plástico es un material que tarda decenas de años en degradarse y que supone una amenaza para el medio ambiente. Y que, por tanto, hay que tender a sustituirlo siempre que sea posible por otros materiales biodegradables. En este sentido, no solo las bolsas del híper son de plástico. Está bien que se trate de educar a los consumidores sobre el comportamiento responsable ante el medio ambiente, por eso la campaña de las bolsas debe ser el inicio. Carrefour, ya que ha empezado, tendrá que seguir por el envasado de centenares de su productos y actuar en consecuencia.