La Plataforma Logística que el Ministerio de Vivienda proyecta en terrenos aledaños a la frontera de Caya, en Badajoz, no pasa por los mejores momentos. Una iniciativa como ésta, sobre la que existe unanimidad acerca de su capacidad para ser herramienta de desarrollo industrial y para hacer de Badajoz un eje de distribución de mercancías del suroeste ibérico, está empantanada. Incomprensiblemente empantanada. La ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, lleva meses insistiendo en la necesidad de que el Ayuntamiento levante la protección faunística que se incluye en el nuevo plan de urbanismo. Y lo lleva haciendo con argumentos que dejan pocas dudas sobre su compromiso con esta infraestructura: recordando que tiene listas las escrituras de compra de las 400 hectáreas donde se ubicará la plataforma; insistiendo en que la solución propuesta por el consistorio, la de aprobar un Plan de Interés Regional (PIR), no es adecuada porque el PIR lleva implícito el planeamiento y éste debe ser responsabilidad de Vivienda, que es el organismo que va a construir la plataforma...

Por su parte, el concejal José Antonio Monago ha manifestado la disposición sin reservas del Ayuntamiento a firmar un convenio con la Junta y el Ministerio para sacar adelante este proyecto, que califica de estratégico para la ciudad. Es decir, todos los implicados defienden la necesidad de construir cuanto antes la plataforma...pero en la práctica no hay avances, de manera que esta infraestrucutra es víctima de una situación absurda: todos la defienden, y defienden su urgencia, pero sigue empantanada.