El Gobierno de Rodríguez Zapatero va a superar el primer plácet a los presupuestos del 2009, el debate de totalidad, merced a los votos de los nacionalistas vascos y gallegos. Un pacto alcanzado en el último segundo con los portavoces del PNV y BNG permitirá que los presupuestos no sean rechazados, lo que habría sido un revés en toda regla a un Gobierno acosado por la crisis económica.

La decisión de los socialistas de no establecer un acuerdo estable para toda la legislatura con el PNV o CiU ha permitido a Zapatero mantener un tono de mayor independencia, pero, paralelamente, le obliga a ir pactando, de modo angustioso, ley por ley, presupuesto por presupuesto. Zapatero lo ha consiguido in extremis a cambio de nuevas concesiones al País Vasco, comunidad que, merced al concierto económico, goza ya de una posición privilegiada desde el punto de vista financiero en el mapa autonómico.

Al apoyar el presupuesto, el PNV valora que es mejor lograr un pellizco económico para Euskadi a cambio de dar estabilidad al Gobierno, pese a que dentro de unos meses se enfrentará a los socialistas en unas elecciones vascas en las que, por primera vez en mucho tiempo, puede haber alternancia.