Una vez más, y esta es la enésima en lo que va de año, los vecinos de la plaza Mayor, intramuros y ciudadela tenemos que sufrir la incomprensión e insolidaridad de las autoridades locales y sus miembros de seguridad durante el transcurso de los diversos eventos con los que tienen a bien engalanar la agenda cultural de la ciudad (Patrona, San Jorge, Play, Womad,...). Y no hablamos solamente de ruidos, que los asumimos con resignación; ni de deshechos orgánicos de todo tipo que en la que no vamos a detenernos a ser muy gráficos. Es que ya ni tan siquiera podemos acceder a nuestros domicilios por el hecho de "portar bolsas de poliestireno con contenido susceptible de uso temerario". Traducimos: durante el Festival Womad, ya sea en horario de conciertos o no, si usted viene del súper con la compra y la policía local apostada en los accesos perciben en ella latas de atún, aceitunas o, por qué no, una amigable lata de cerveza, le niegan el acceso a su propia calle, y por ende, a su propio domicilio. Solución: dejar parte de la compra en casa de vecinos cercanos o maleteros ajenos o negarse a atender el protocolo de control con las injustificadas consecuencias que de esa oposición se puede derivar por desobediencia civil del residente. Eso sí, en la calle Arco de España, calle objeto de esta señal de socorro, a pesar de la presencia y control policial, la suciedad orgánica es patente (visiten nuestra calle). Y es que es más fácil amonestar, sancionar o privar de modo circunstancial de sus derechos fundamentales (comida y domicilio) a los vecinos, que dar una mala imagen coercitiva a los turistas y a la juventud. Ellos sí disfrutan de libertad de tránsito y elección.

Víctor G. Pulido **

Cáceres