XPxara comprender mejor los argumentos de los que nos oponemos al proyecto de una refinería en nuestra tierra, sería oportuno reflexionar sobre: ¿qué modelo de desarrollo queremos para nuestra querida Extremadura? Para ello habría que tener claro algunas estrategias y compromisos globales y sus aplicaciones en nuestro territorio.

Frente a un arrollador desarrollismo que ha causado un evidente deterioro de nuestro planeta surgió, tras la creación por la ONU de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y el Desarrollo (1983), el concepto desarrollo sostenible . En uno de sus documentos titulado Nuestro futuro común (1987) lo define como: "el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades". Posteriormente, en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992), se crea la Comisión de Desarrollo Sostenible, un compromiso mundial para la perdurabilidad de nuestros recursos. Para dar vida a todo ello Naciones Unidas crea la Agenda 21 ; pretendiendo implicar, a nivel local, a todos los sectores de la población. Objetivos: conocer los problemas y posibilidades de nuestro territorio, y así buscar soluciones y estrategias de futuro para un desarrollo socioeconómico sostenible .

En esta línea, ante los ruines gases efecto invernadero y para reducir sus emisiones, se firma el Protocolo de Kioto (1997), en el Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU. Entre otras fórmulas, se pretende sustituir energías contaminantes (petróleo, carbón, etcétera) por otras más limpias y renovables (solar, eólica, biomasa, etcétera).

España, siendo consciente de todo ello, asume estos compromisos. Incluso en el último programa electoral del partido hoy en el Gobierno, se nos promete: "un modelo de desarrollo más justo, más responsable, más duradero y más saludable, que garantice a la vez la conservación de nuestro patrimonio natural (...) una auténtica Estrategia de Desarrollo Sostenible, elaborada desde el rigor y el consenso social y territorial". También en Extremadura, en la Ponencia Marco del 9.º Congreso Regional del PSOE, se reafirma ese compromiso: "180. (...) sustituir energías manchadas por una contaminación milenaria por energías limpias (...) un modelo energético, más diversificado, seguro y mucho menos contaminante que el actual".

Hasta aquí muy bien, por fin un compromiso político para andar por el único camino posible: el Desarrollo Sostenible... pero, ¡ay!, ¡nuestro gozo en un pozo!, todo ello se queda en papel mojado cuando nos enteramos que en el corazón de la rica comarca agrícola de Tierra de Barros, encima de la Vía de la Plata, junto a un albergue turístico del proyecto Alba Plata ... se pretende impulsar, políticamente, una refinería de Petróleo. ¿Cómo es que después de tanto compromiso de futuro se apoye ahora un pasado, caduco y contaminante?, ¿qué imagen y calidad vamos a dar de nuestros atractivos agroalimentarios y turísticos (que están generando riqueza y empleo) si esta refinería estaría justamente sobre el más vistoso corredor viario de Extremadura?, ¿para qué tantos lemas: Extremadura naturalmente , Sociedad de la imaginación?, etcétera, si después se desanda lo andado?... Construir aquí una refinería es incompatible con estas estrategias, pues en vez de potenciar un modelo alternativo y respetuoso, y reducir los gases efecto invernadero , se apuesta por una industria con evidentes emisiones e impactos a la salud (por mucha tecnología de última generación que se nos diga). Decir que este proyecto de refinería cumplirá el Protocolo de Kioto es no haber comprendido nada, pues este compromiso se refiere a ir abandonando estas nefastas fuentes de emisión, y no a crear más industrias de este tipo. Una incoherencia que sólo favorece y beneficia aquí a un modelo industrial contaminante.

Muy preocupante es, igualmente, la arbitrariedad ambiental de la Junta de Extremadura. Ejemplo: si esta Administración denegó los permisos a una planta de molienda y ensacado de cemento, en Tierra de Barros (ver: Diario Oficial de Extremadura, n.º 60, 24-IV-2003, página 7.558), porque: "sería una incidencia negativa en la calidad del aire de la zona (...) en base al cultivo de la vid y el olivo se ha creado un sistema agrícola e industrial respetuoso con el medio ambiente que permite un desarrollo sostenible de la zona (...) afectar a la imagen de calidad y producciones naturales, que tienen los productos de Tierra de Barros (...) impactos sobre la salud, las aguas, la vegetación, los suelos (...)"; ¿por qué no dice lo mismo sobre esta refinería o sobre la Cementera de Alconera (proyectos mucho más impactantes y contaminantes)? Es curioso, ambos pertenecen al Grupo Industrial Alfonso Gallardo, y en ambos la Junta es juez y parte interesada (posee las competencias ambientales y participa con un 20%).

También es alarmante el procedimiento administrativo de este proyecto de refinería: sin que el empresario haya presentado aún el Estudio de Impacto Ambiental , sin las legítimas alegaciones de los ciudadanos afectados, sin las obligadas y previas evaluaciones ambientales... la ubicación y la decisión política ya está tomada. En resumen, cierto es que perdimos aquel humeante tren de la Revolución Industrial , que muchos extremeños emigraron... pero, ahora, somos los dueños de un nuevo y más limpio motor de desarrollo: un excelente y bien conservado Patrimonio Natural y Cultural que hay que mimar, un potencial socioeconómico que es la envidia en el resto del Mundo. ¡Echémosle huevos (ecológicos) y que sea cierto eso de la imaginación al poder . Por tanto, oponerse a la construcción de una refinería, no es ir en contra el desarrollo industrial de nuestra región, sino a favor de un modelo empresarial que cree riqueza y empleo con fórmulas más respetuosas y acordes con nuestros ricos recursos. Un proverbio advierte: La tierra no la heredamos de nuestros padres, la tomamos prestada a nuestros hijos .

*Miembro de la ´Plataforma Ciudadana

Refinería No´ de Los Santos de Maimona