WLwa Agencia Extremeña de la Vivienda ha cambiado sus planes de construcción de pisos en Cáceres. Así lo anunció el pasado lunes su presidente, Javier Corominas . Ya no son las casi 7.000 viviendas que había anunciado en septiembre, sino 3.100, de las que únicamente 1.500 corresponden al Plan 60.000 , denominado así por estar concebido con casas de ese precio. Entre una fecha y otra han desaparecido los proyectos previstos en El Muelo, donde había varias promociones que totalizaban 4.000 casas de distintos tipos; Colmenarejo, en donde se preveía construir otras 1.200; Ceres Golf y Universidad, donde entre los dos se proyectaba levantar más de 1.000 casas. El residencial Río Tinto, en Aldea Moret, cambia de denominación a Sierra de San Pedro, con 852 pisos.

El cambio de opinión de la Agencia de la Vivienda respecto de lo que había propuesto en septiembre es el segundo que se produce, puesto que los planes de septiembre ya significaban una notable modificación de lo que se había previsto en principio, que ahora cabe recordar que era de 4.000 viviendas, siendo la mayoría de ellas las previstas para El Muelo.

Como se puede apreciar, la actuación de la Agencia de la Vivienda con respecto a Cáceres no es precisamente un modelo de coherencia. Los avatares sufridos por este organismo, que ha pasado de una consejería a la Vicepresidencia y que ha cambiado de responsable, han tenido sus peores consecuencias en la capital cacereña, en donde se han defendido posiciones contradictorias, por ejemplo con respecto a la posibilidad de hacer viviendas en zonas protegidas. Pero no ha sido sólo la discusión sobre la conveniencia o no de edificar en ZEPA (zona de especial protección de aves), lo que ha puesto de manifiesto una actuación incoherente, sino también la previsión --mejor: imprevisión-- sobre las necesidades. Javier Corominas dijo esta semana en Cáceres que ahora ya no se harán 2.400 viviendas del plan 60.000 , sino 1.500, porque "con ello se satisface la demanda". No obstante, si no se satisfaciera, se harían más "activándose operaciones de reserva". Ante ello cabe preguntarse si la Agencia alguna vez hizo un estudio de necesidades. Y, si lo hizo, cuándo: ¿antes o ahora? Porque el mensaje que se transmite con tanto cambio es que el número de casas es lo de menos. O dicho de otro modo: el plan de vivienda de la Junta no se rige por criterios encaminados a cubrir necesidades.

No se puede olvidar que esta política de vaivenes tiene ya sus damnificados, incluso antes de empezar a poner el primer ladrillo de las casas comprometidas: los 4.000 vecinos que albergaron esperanzas de acceder a una vivienda por un precio asequible y que se apuntaron a la lista tras conocer las grandes iniciativas del Gobierno regional en esta materia (recuérdese que el Plan 60.000 es tenido por una de las actuaciones estrella de la legislatura). Ahora se sienten justamente desencantados --algunos emplean palabras más gruesas para calificar su situación-- y olvidados. Lo justo sería que no se les marease más.