TMte ha dicho mi amigo Carlitos que su relación con Lisa va viento en popa porque Lisa es una inglesa muy española --se acuesta tarde, duerme un poquito en siesta y le gustan las patatas ali-oli y los boquerones a la vinagreta-- que parla mucho en inglés con Carlitos para que éste se entienda lo mejor posible con su amigo norteamericano Paul Marks , que es quien le informa con pelos y señales de las nuevos entresijos informáticos a los que forzosamente iremos estando sometidos con el paso del tiempo.

Me cuenta Carlitos que, entre otras cosas, le ha dicho Paul Marks que la informática se está introduciendo de tal manera en el mundo del cine que en pocos años mandará a muchos actores al paro. Se acabarán las Kidman , las Stone , las Robert , los Clooney , los Gere y los Banderas . Asegura Paul que con los programas gráficos tridimensionales se diseñarán unos actores virtuales exactamente iguales físicamente y emocionalmente al ser humano, que serán capaces de ser guapos guapísimos y feos feísimos, malos malísimos o buenos buenísimos, según convenga al director. Veo a los directores de cine encargando un lote de actores a una productora multimedia: "Oiga quiero un guapo con pelo corto castaño oscuro y ojos verdes, una guapa con melena rubia y ojos azules, un malo moreno con el pelo muy engominado y una cicatriz en la mejilla derecha, y un feo cualquiera, el primero que se les ocurra; ¡ah!, y un grupo de cuarenta extras de ambos sexos y todas la edades". Carlitos y yo hemos llegado a la conclusión de que la informática es una ciencia amiga muy enemiga capaz de deshumanizar esta humanidad que somos. Pero en el fondo pensamos que si es capaz de diseñar actores virtuales, también podría crear políticos virtuales. Entonces pediríamos por nuestra boquita: "Oiga, póngame un político conservador algo socialista, nada codicioso y que no confunda a cada persona con un voto". Uf, mucho pedir es eso.

*Pintor