Profesor

El PP ha publicado sus listas para las elecciones a la Asamblea de Extremadura. Cuando un partido presenta sus candidaturas afirma en las ruedas de prensa que ha tratado de conjugar experiencia y renovación y el PP no iba a ser menos. Sólo que en su caso la cuestión de la renovación era su necesidad imperante por varias razones. En primer lugar, porque las listas darán la exacta dimensión del poder de Floriano en función de la profundidad de la renovación. En segundo lugar, porque el espacio que quiere ocupar exige desprenderse de la derecha dura que representan algunos altos mandatarios de su partido. Pues bien, a pesar de haber renovado más del cuarenta por ciento según este periódico, todo parece estar a medio camino.

La lista de Badajoz se adivinaba más conflictiva e incluso reveladora. La desaparición de algún político de peso en el pasado no oculta la dimensión tripartita que se ha logrado. Continúa con un gran peso específico la presencia de fieles a Celdrán, se asume la importancia del voto conseguido por Baselga en el congreso y se matiza con algún fiel al nuevo proyecto. Es, por tanto, una lista de equilibrios con una guinda final. Probablemente la presencia de Martín Tamayo, a costa de Inocente Mayoral, pretenda hacer un guiño al electorado de centro y regionalista. Sin embargo, su militancia centrista queda demasiado lejana y el votante regionalista se identificará con siglas consagradas, Extremadura Unida y Prex-Crex, unida al PSOE, de manera que quizás este Guadiana político no represente otra cosa que la oposición visceral ante Ibarra más recordada por enfrentamientos personales que políticos y sea un error más que una solución. La lista de Cáceres, por su parte, parece tener menos débitos y más presencia de hombres de Floriano. Sorprende, no obstante, que Orantos tenga un número que hace difícil su elección y la ausencia de Rodríguez Cancho. Si bien este último pudiera tener acomodo en las listas municipales de Cáceres, con diputación incluida, no se adivina el futuro inmediato de Orantos, una carrera que nadie podría suponer hubiera de declinar a tan temprana edad. Claro que en política se juega a largo plazo, porque la vida política da muchas vueltas. Y en el caso de Teresa Bravo se supone que es un premio, aunque no se sepa por qué.

En el ambiente hay una premonición que estas listas no sólo no han desmontado, sino que para muchos la confirman. Todo el mundo da por descontado el triunfo de Ibarra pero si Floriano no supera los resultados que obtuvo Barrero, se pronostica que la misma noche de las elecciones saldrán a relucir las navajas que le enviarán al ostracismo. Parece, pues, que el PP extremeño no soluciona el cainismo que tanto daño le hace y que es la principal causa de sus males. Es probable que el ascenso de Floriano haya sido prematuro, pero una vez asumido y bendecido en su congreso, no queda otro remedio que salir adelante con él. Es una trampa presentarse como salvador tras una derrota cuando no se ha tenido la valentía de torear un miura como Ibarra.