Extremadura ha mejorado mucho por el esfuerzo propio que ha realizado y por las ayudas externas que recibidas, quiero suponer que bien gestionadas y administradas, sin corrupción ni despilfarro. Pero Extremadura sigue siendo una de las cenicientas de España, no acaba de despegar. ¿Cómo es esto posible al cabo de tantos años? ¿Por qué no se emprende y no se crean empresas en cantidad digna de mención? ¿Qué lo impide? ¿No se predica a la sociedad el trabajo como un valor? Las ayudas externas no pueden durar siempre, deben saberlo y prepararse para ello. Me gustaría que los dirigentes extremeños explicaran por qué Extremadura todavía es cenicienta y qué habría que hacer para que dejara de serlo. Planes y argumentos concretos. JOSEP PARELLADA. Sant Boy de Llobregat