El gobierno de España no ha tenido ningún empacho en decir ‘no’ al plan extraordinario de empleo para Extremadura. La visita de la consejera de Empleo, Esther Gutiérrez, a Madrid ayer para requerir una inversión de 460 millones de euros bajo este concepto ha sido en balde, dado que el secretario de Estado de Empleo, Juan Pablo Riesgo, ha sido muy claro cuando ha dicho que «en estos momentos no puede hacer una distribución de fondos de este tipo». La respuesta supone un jarro de agua fría para las expectativas que se había creado el Ejecutivo extremeño, el cual no va a tener más remedio que mandar al cajón del olvido este ambicioso proyecto o tratar de modificarlo haciendo algo mucho menos ambicioso. Aunque el Ministerio contempla la posibilidad de apoyar, eso sí, el Plan de Empleo Joven a través de fondos de Garantía Juvenil llegados desde Europa, no deja de ser un consuelo que queda bastante lejos de los planteamientos iniciales. Está claro que Extremadura requiere de ayuda exterior para salir del atolladero de desempleo en el que se encuentra, pero el gobierno de España, preocupado por otras cuestiones territoriales bastante más beligerantes, no pone el foco en nuestra Comunidad ni plantea contraprestaciones a las directamente exigidas. Los extremeños deben tomar buena nota de la situación y actuar en conciencia sabiendo que en el ámbito de los repartos por territorios casi siempre salen malparados.