WEwxtremadura debe encontrarse atónita ante el espectáculo que está ofreciendo el Partido Popular --no se olvide: se trata del principal partido de la oposición, imprescindible en el juego democrático y en la estabilidad institucional de la Asamblea--. La triste imagen que ha venido ofreciendo en las últimas semanas está desembocando en un territorio donde los argumentos no existen y donde únicamente florecen las acusaciones personales. Oscar Baselga , el candidato a la presidencia y anterior representante del Gobierno en nuestra comunidad, se ha despachando con un ataque a Carlos Floriano sin contenido político y únicamente sustentado en invectivas. Mal asunto. Difícilmente se encontrará, entre los 255.000 votantes del PP en las últimas elecciones autonómicas, un puñado que pueda congratularse de la deriva en que se halla su partido.

Al paso que vamos, ¿de qué se va a discutir en el congreso regional, si todavía no se conoce más que insultos y descalificaciones en lugar de ideas? ¿Cómo esperan ganar a Juan Carlos Rodríguez Ibarra si no es con votos y éstos con un programa que la ciudadanía encuentre más atractivo que el que presente el partido socialista? ¿Con un concurso de insultos?