XExn La Moncloa parece que han empezado a darse cuenta del fenomenal lío político en el que nos va a meter el proyecto de Estatuto aprobado por el Parlamento de Cataluña. Dicen las malas lenguas que confiaban en que al final el tren descarrilaría en Barcelona, pero lo que ha pasado --que era lo previsible-- es todo lo contrario: el convoy va lleno de gente contenta que brinda con cava y se dispone a salir desde la estación del Parlamento de Cataluña con destino a la Carrera de San Jerónimo en Madrid, confiando en la promesa hecha por el candidato Rodríguez Zapatero durante la campaña electoral.

Hablando la semana pasada con el presidente Pasqual Maragall , tuve la impresión de que el Estatuto era el sueño de su vida. "No soy nacionalista, soy catalanista", decía. "El Estatuto saldrá adelante porque es el sueño de cien años de catalanismo político". Era como si en sus palabras reverberara la voz de su abuelo, el poeta Joan Maragall . El presidente de la Generalitat ya tiene lo que quería. A partir de ahora, lo que pase en Madrid ya es cosa de otros. También me dijo que estaba plenamente seguro de que el Estatuto saldrá adelante porque confiaba en el presidente Rodríguez Zapatero, "el presidente del Gobierno menos nacionalista (español) que ha tenido España".

La conversación fue hace una semana y han pasado unas cuantas cosas. Entre otras que Artur Mas , el líder de CiU, se ha salido con la suya y el Estatuto que llegará a las Cortes Generales contiene una norma de financiación --"la aportación catalana"- que es un recurso eufemístico para no hablar de cupo a la vasca o concierto a la navarra. Lo que está claro es que se sale de la Constitución. Por no hablar de la proclamación de Cataluña como nación. Aunque sobre este punto de la "nación catalana", según me decía el señor Maragall, el presidente Rodríguez Zapatero no creía que fuera a constituir un problema porque el término "nación" era: "polisémico".

La conversación fue el jueves de la semana pasada en Barcelona, horas antes de que Maragall emprendiera viaje a Madrid para ser recibido en La Moncloa por el presidente del Gobierno. En esa entrevista participó Artur Mas. Hace diez días. Tras aquel encuentro, en La Moncloa se decía que había exceso de ruido mediático en relación con el Estatuto y que no había ninguna razón para que se hubieran encendido tantas luces de alarma. Hoy, tras conocerse el proyecto aprobado por el Parlamento, donde parece que acampa la preocupación es en La Moncloa. Es buena señal, indica que el presidente ha encontrado un hueco y se ha leído el texto del Estatuto aprobado por el Parlamento de Cataluña.

La Moncloa parece que han empezado a darse cuenta del fenomenal lío en el que nos va a meter el proyecto de Estatuto aprobado por el Parlamento de Cataluña. Dicen las malas lenguas que confiaban en que el tren descarrilaría en Barcelona