Escritor

Sobre el alma del escritor siempre está dormido un animal malherido. Hace años me "obligaron", desde Madrid, a presentar a un novelista desconocido pero con gran futuro, y tras las presiones me vi obligado a hacerlo y compré, urgentemente, su novela. La primera impresión fue nefasta. Tras ímprobos esfuerzos logré llegar, como un pescador de alquitrán, hasta la página cuarenta o cincuenta y mi impresión era cada vez más negativa. Llegó a hacérseme un nudo en la garganta frente a aquel tocho de palabras, por otra parte bastante bien conjuntadas. Se notaba que era un avezado conocedor de la gramática, pero su talento era ralo, como un césped después de una helada de febrero. Lo presenté como pude, e intenté darle el mayor fuelle al acto, en el que reconocí que no me había dado tiempo a leerme semejante castigo, sobre el que derramaba bondades. Yo creo que el novelista, que no tenía un pelo de tonto, notó que me debatía en la frustración, no sólo de no haber leído completa la novela, sino que me parecía un horror. Ese novelista es hoy un personaje que nada, con cierto prestigio, en el campo novelístico español. Pues bien, este interfecto días después iniciaba una ascensión hoy ya en pleno vuelo, sobre el que se derraman toda suerte de elogios.

En una de sus entrevistas, se le preguntó si conocía la literatura extremeña y confesó que la desconocía. Ni siquiera los tres socorridos poetas. Nadie. No conocía a nadie. Como me dejó su dirección, le puse una misiva con espoleta retardada, que no tardó en dar sus frutos. Días después sonaba el teléfono de mi casa y una voz de ultratumba me hablaba de usted, dejando sapos y culebras en las líneas microfónicas, que tuve que llamar a averías.

Se confirmaban mis presentimientos. Sobre un escritor triunfante está dormido un animal malherido. Hoy lo observo con su peluquín circense dar lecciones de objetividad y de amor regional como hacía tiempo que no oía. Pero hay algo metálico en sus discursos. No está contento de sí mismo. Está herido de tiempo y o se le da una medalla pronto, u oiremos algún día una voz infernal no correspondida enteramente. Este tipo de almas no se contenta fácilmente. Además, presiento en él cierta impotencia sexual. Un peligro más que nos acecha. Miren lo que le pasó a Aznar con el Prestige . Pues este caso es parecido.