WLw as líneas maestras del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el 2011 aprobado ayer por el Consejo de Ministros no han significado ninguna sorpresa, más allá de alguna modificación de alcance limitado. En el ámbito de los ingresos, el aumento de la tributación del tramo más elevado del IRPF (de entre uno y dos puntos porcentuales para las rentas superiores a 120.000 y 175.000 euros, respectivamente) es una medida más simbólica que efectiva. Para neutralizar las críticas de que nunca se toca la fiscalidad de las grandes fortunas, el Gobierno ha decidido únicamente una pequeña modificación en el régimen de las Sicav.

El ajuste más sustancial sigue estando en el gasto y deriva de decisiones anteriores. Es el caso de la congelación del salario de los funcionarios y de la mínima cobertura de plazas en el sector público. Ambas medidas generarán el grueso del ahorro del gasto, que se estima en un muy importante 7,9% nominal (más del 9% en términos reales). Pero este sustancial recorte, el mayor del periodo democrático, por lo demás inevitable, está atenuado por el aumento del 1% en las pensiones mínimas. También destaca el esfuerzo para mejorar el trato fiscal del alquiler, una política que debería haberse instrumentado hace ya más de una década. Sin embargo, la supresión de la desgravación fiscal por la compra de la vivienda principal para las rentas superiores a los 24.170 euros no va a dinamizar las ventas del estoc pendiente.

Una nota negativa de estos presupuestos es la congelación del gasto en educación e I+D. Aunque son las partidas menos afectadas por el ajuste, no parece que sea lo que nos convenga a medio y largo plazo dada la distancia que nos separa, en proporción de PIB dedicado a estas partidas, de los países más competitivos y con mayor progreso.

El Gobierno admite con estos presupuestos que el crecimiento de la economía no será suficiente para crear empleo, cuando el paro es la primera preocupación de los españoles. De todas formas si en el 2011 el déficit se sitúa en el previsto 6% del PIB, habrá que convenir en que, finalmente, se habrán hecho los deberes y se habrán sentado las bases para un crecimiento futuro que empiece a reducir de forma significativa la tasa de paro.

En Extremadura también hay ajuste presupuestario. Las cuentas autonómicas del 2011 están en plena elaboración y el presidente, Guillermo Fernándz Vara, ha anunciado que el recorte de los gastos será superior al 5% inicialmente previsto. Además, confirmó que se venderá patrimonio para aumentar los ingresos. Queda, por tanto, al menos otro año de travesía del desierto.