XUxna vez más, en una fecha tan señalada para todas las trabajadoras como es el 8 de marzo, denunciamos la violencia que se ejerce contra las mujeres. Un día tras otro, salta a la opinión pública la trágica noticia de una nueva agresión o de un nuevo asesinato de una mujer. El año pasado la cifra de muertes ascendió a 67 mujeres, y mientras los grupos de mujeres, los grupos parlamentarios y las organizaciones sindicales reclamamos una ley integral contra la violencia que no llega a ser consensuada, se suceden los retrocesos en los avances que se habían conseguido en los distintos ámbitos de igualdad.

En el ámbito de educación, la LOCE se ha presentado como una ley segregadora altamente competitiva que desecha el concepto de formación integral y abandona los avances que se habían realizado en coeducación y en materia de formación afectivo-sexual. Un retroceso que ha dado paso a polémicas tan controvertidas como la presentada por las jerarquías eclesiásticas promoviendo sus postulados sexistas.

Desde FETE-UGT defendemos una educación basada en los valores de respeto de los derechos humanos y de la diversidad, la convivencia democrática, así como en la igualdad entre los sexos.

Entendemos que es desde la escuela, uno de los principales espacios de socialización, desde donde se puede realizar un proyecto coeducativo orientado a prevenir la violencia contra las mujeres. Lo que exige tomar medidas que engloben, entre otras, la formación del profesorado, la incorporación de contenidos coeducativos en el currículum y planes para la erradicación de la violencia de género.

Desde FETE-UGT hemos denunciado, en anteriores ocasiones, el aumento de la violencia en los centros escolares. Las cifras suelen encubrir la violencia sexista que se ejerce contras las chicas. Cifras que los pocos estudios que se han realizado declaran como preocupantes.

Por tanto, desde la perspectiva de la prevención de la violencia, pero también actuando para erradicar las agresiones contra las chicas en los centros educativos, proponemos, en primer lugar, una política educativa que incorpore programas y estrategias concretas dirigidas a la prevención de la violencia sexista y a su erradicación en todo el ámbito educativo. Por otra parte, vemos necesaria la creación de un observatorio que garantice mecanismos de vigilancia y control de la violencia sexista en educación.

Asimismo, es necesaria la realización de estudios periódicos que visibilicen y aporten datos sobre la violencia sexista en el sistema educativo. La formación inicial y continua del profesorado en materia coeducativa. Las campañas de sensibilización dirigidos a la comunidad educativa en los que se aborde la prevención de la violencia sexista.

De otro lado, la inclusión en el currículum de contenidos relacionados con la educación afectivo-sexual e igualdad entre hombres y mujeres.

En definitiva, exigimos una política que potencie la educación en los valores de respeto a los derechos humanos, a la diversidad y a la igualdad, a la solución negociada de los conflictos frente a la agresividad y la violencia como fórmula para imponer los criterios propios sobre los ajenos: se necesita una escuela pública y de calidad, plenamente laica, integradora, mixta.

*Secretaria de Acción Sindical

de FETE-UGT de Extremadura