WEwl pasado miércoles se celebró el Día Mundial del Cáncer de Mama, una jornada que sirve, sobre todo, para informar a las mujeres de que se trata de un tipo de cáncer --el más frecuente en la mujer, por otro lado-- que tiene grandes posibilidades de ser vencido si se coge a tiempo. Por eso, la información es, al mismo tiempo, una advertencia para que las mujeres tengan en cuenta que la clave del éxito está en la prevención. Resulta, por tanto, incomprensible que en Extremadura, donde desde hace casi una década se vienen haciendo campañas masivas para que las mujeres se sometan a una mamografía que les prevenga del cáncer, todavía un 40% de la citadas no acudan a hacerse esa prueba, sencilla e indolora. No cabe duda de que en esta negativa a realizarse una exploración que sólo puede reportar beneficios hay factores sociológicos: desde la despreocupación al temor a que se le detecte algún problema; desde la escasa cultura de prevención a la desconfianza. Factores, en cualquier caso, que tanto la Administración, que hace un trabajo admirable con estas campañas, como los medios de comunicación, deberían tal vez tomarse más en serio, porque la negativa a hacerse la mamografía se está convirtiendo en el mejor aliado del cáncer. Un auténtico cáncer en el esfuerzo preventivo.