XPxepi ha hecho un curso de cocina on line, de éstos que llevan incorporado unas prácticas y un chat con el chef. Ha aprendido bastante, aunque en realidad terminó más interesada en las corrientes filosóficas deconstructivas y desestructuradas que en la mousse de berenjena a la menta sobre fumée de ibérico y crujiente del Casar --es el plato que hubo de realizar para conseguir el diploma on line--, hasta el punto de ponerse a leer a Derrida . Ahora dice que siempre estuvo implicada en las vanguardias y que ésta es una teoría muy interesante porque gracias a ella ha empezado a entender gran parte de la realidad que nos rodea y por qué a veces confundimos la modernidad y el progreso con la basura. Se ha dado cuenta viendo por la televisión a las Supremas de Móstoles , esas chicas entradas en años y en michelines que cantan una canción imposible: Ereh un enfermo der sibersesso. Me poneh loh cuennoh, me poneh loh cuennoh... , y que podían parecer basura a simple vista. Según me expresa, todo lo que se nos muestra un poco caótico en la sociedad o en sus manifestaciones, mirándolo desde el punto de vista filosófico-artístico de la deconstrucción no es tal, sino más bien lo contrario, es decir, el resultado de un afán de perfección y de un ir más allá en el progreso. Es nuestra manera moderna de avanzar. Explica:

--Verás, cariño. La deconstrucción consiste en ir deshaciendo cosas sustrato a sustrato, capa a capa, pero no para destruirlo sino para entender cómo estaban hechas y después, reanudar otra obra con los mismos materiales pero desestructurados, y conseguir de esta forma que nos llegue su esencia mucho más profundamente. O sea, para que te enteres: en el plato que elaboré, el ibérico, por ejemplo, pues no lo ves como una rodaja de lomo o de morcón, no, pero está. Eso sí, prensado y evaporado después --la técnica es dificilísima, no creas-- por eso no te parece que allí haya ibérico. Y sabe rico, hasta llegas a acordarte del jamón de siempre --bueno, casi--. Lo mismo sucede con el queso y las berenjenas, que están, pero no da esa impresión. ¿Me sigues? Pues lo mismo que ocurre con la cocina pasa en otras artes, e incluso en las corrientes culturales e ideológicas o en los movimientos sociales. Los materiales son los mismos, pero al estar desestructurados parecen otra cosa. Luego resulta que no, que siguen ahí. La teoría es buenísima, en serio, explica muchas cosas que de otra manera se mostrarían ininteligibles. Mira sin ir más lejos la política de vivienda de la Junta de Extremadura: podías creer que antes era más social porque iba a facilitar el acceso a una vivienda digna a toda la gente para vivir en ella, no para enriquecerse, y desde Hervás a aquí ha cambiado. El caso es que sigue siendo igual de social. Lo que cambia es que ahora facilita el acceso a la especulación, pero también a toda la gente. Es lo mismo, ¿ves?, solo que desestructurado. Si fuera un plato de cocina, antes se llamaría simplemente VPO y ahora, en la cocina de la deconstrucción, se denominaría algo así como espuma de VPO sobre crujiente de plusvalía asegurada . Tan sencillo como eso. Y con las Supremas , igual, que encima ya llevan nombre de plato moderno. Al primer vistazo hasta las confundirías con basura o telebasura. Enseguida te das cuenta de que son marujas desestructuradas y representan el avance definitivo del marujeo.

Se queda pensativa y añade, --bueno, no sé, cariño, puede que sea basura a pesar de todo--.