El anuncio de Zapatero e Ibarra de invertir en la región 3.400 millones de euros en obras de infraestructura durante la próxima década tiene un primer valor, el del compromiso. Que el presidente del Gobierno venga a Mérida y, ante los responsables regionales, se comprometa además, presupuestándolas y poniéndoles plazos, a llevar a cabo actuaciones en desarrollo tecnológico; ayudas para incentivar la creación de empresas; construcción de un parador en Badajoz, y proyectos de reforestación y mejora de caminos rurales, --medidas incluidas en el denominado Plan Especial para Extremadura--, otorga al acto de anunciarlas el énfasis que en muchas ocasiones necesitan las promesas para que los ciudadanos crean en ellas.

Sin embargo, no se ha concretado en acciones específicas --sí trazos generales, con la promesa de que el presidente de la Junta entraría en detalles la semana próxima-- del anuncio que más se esperaba: el Plan Especial de Empleo. No hay que olvidar que este plan fue un compromiso del propio Zapatero en la campaña electoral y sobre el que se han levantado tantas expectativas que el propio Ibarra dijo de él que confiaba que fuera la oportunidad del despegue de la región, una herramienta similar a la Expo para Andalucía. Ayer se aseguró que el plan estaría incluido en los próximos presupuestos y que contemplaría incentivos, bonificaciones, programas de formación y medidas de promoción del empleo femenino. Es posible que los ciudadanos esperaran más y habrá que confiar en la palabra dada. Tal vez tenga razón CCOO al decir que lo importante del plan no es la fecha de su firma, sino su contenido. No hay que perder la esperanza de que el compromiso que adopte el Gobierno en materia de empleo para con Extremadura permita a todos comprobar que se hace realidad la esperanza del presidente de la Junta.

Pero, con ser importante lo dicho ayer acerca de las actuaciones en infraestructuras --sólo el compromiso de mejorar el ferrocarril convencional y dotarlo con 180 millones supone hacer frente a un déficit histórico-- también se podía haber concretado más en este capítulo. Ya se contaba con el resto de proyectos, de tal manera que lo anunciado sobre el AVE y las autovías tiene más interés por lo que supone de renovación solemne del compromiso del Estado para con la región, que el de la novedad.

Sí es novedoso, en cambio, y además tiene el valor añadido de que es una apuesta por la tecnología, la construcción de los centros estatales de investigación sobre agricultura ecológica, software libre y mejora de la raza del porcino, que sitúa a Extremadura como la región de referencia nacional en el sector. Que las palabras Extremadura e investigación se escriban juntas y cada vez con mayor frecuencia tal vez sea una circunstancia que encierre el mejor significado de lo que está sucediendo en la región: su incorporación a la modernidad. Medidas como las anunciadas ayer por el presidente del Gobierno van en esa dirección, pero esta región necesita más.