TLta Generalitat de Cataluña va a legalizar la prostitución. Lo comprendo. Cuando en 1965 llegué a Barcelona lo que más me llamó la atención fue la prostitución existente. Bien es verdad que Badajoz, tras la guerra y más metidos en la victoria , las estadísticas debieron de ser notables, pero Barcelona en aquellos años era una fuente inagotable. Además, Barcelona absorbía a la prostituta que en su pueblo ciudad la cercaban lenguas viperinas. La hija de un notario que se metía a puta no era igual que una desconocida, bien es verdad que en el caso de los notarios eran casos muy raros, sobre todo porque sería como una vocación, aunque pienso que para ser puta algo de vocación hay que tener, salvo caer en redes de trata de blancas. En Barcelona, en la prostitución de mi época había de todo, pero había una prostitución de calidad muy alta. Esta se centraba en los snack-bar de Tuset y la plaza de Calvo Sotelo y, sobre todo, en Sarriá. Después la de las Ramblas era inmensa y según te acercaras a Escudillers, bajaba la calidad, y estaba muy trabajada por la Marina de los EEUU, para la que los puertos españoles era una forma de disparar los cañones a polvo limpio.

Lo que más me llamó la atención eran unos inmuebles cerrados, por los que en las fachadas traseras bajaban infinidad de tubos de desagüe. Eran y deben de ser muebles , donde los sábados había cola para entrar y podías ver a una pareja muy seria esperando turno montados en una Vespa.

Parece ser que será legalizada. Más vale tarde que nunca. Yo siempre recordaré a la cacereña Antoñita, a la que en Escudillers le escribí alguna que otra carta para sus padres. Antoñita era una mujer imponente, que te abrazabas a ella y te creías que era la estatua de la libertad.

*Escritor