Acostumbrarse a perder el poder es un proceso complejo, semejante al descenso de categoría social o a la disminución de ingresos económicos. Le está ocurriendo al PSOE, que, sin embargo, tiene un suelo electoral envidiable: su peligro no radica en el trasvase de votos, sino en la desafección de sus simpatizantes; pero el resultado no es muy distinto. Mientras la economía ha ido viento en popa, los derechos civiles eran banderín de enganche de modernidades algunas veces simuladas. La llamada de alerta ante la eclosión de la derecha era suficiente para ganar. Ahora, de repente, se encadenan derrotas con una cadencia preocupante y la propaganda ya no surte el efecto de las marcas de detergente en los programas de máxima audiencia. Repartir 400 euros a todos los españoles como política de Papá Noel sencillamente ya no es posible, porque el déficit se ha convertido en una amenaza. La realidad se ha vuelto adversa y no hay entrenamiento para hacer bordadas de bolina, contra los vientos. Zapatero siempre ha navegado con viento de popa. Convendría que la depresión --no estaría mal que un optimista convulsivo tuviera que pasar por el diván del psicoanalista de vez en cuando-- no impidiera la autocrítica. El PSOE de Rodríguez Zapatero es un universo de autocomplacencia que se ha quedado sin endorfinas. Su máxima ventaja consiste una vez más en la alianza estratégica tácita que significa la existencia de Mariano Rajoy como líder de la derecha. Esta derecha centralista, radical, clerical y convulsivamente ultraconservadora sigue asustando a media España. Pero, para evitar su victoria, el PSOE no puede seguir apostando a que sus electores acudan para salvar a Zapatero en el último momento. La autocrítica sincera debiera formular una renovación interna del partido recuperando a personas que se han dejado fuera por problemas de inseguridad generacional. El Gobierno y el partido debieran confiar en el pensamiento crítico y en la búsqueda de proyectos propios de una socialdemocracia renovada. No parece que, de momento, estén en esos parámetros; tal vez necesiten perder para recomponerse.