WLwa Asociación de Víctimas del Terrorismo consiguió ayer, con el patente apoyo del Partido Popular y de los medios de comunicación afines, llevar hasta las calles de Madrid a decenas de miles de personas en contra de una hipotética negociación con ETA. La teórica justificación de la protesta es que la lucha contra la banda terrorista debe hacerse exclusivamente en el terreno policial-judicial. Rechazan así la idea del Gobierno socialista --refrendada por una resolución del Congreso apoyada por todos los grupos parlamentarios, salvo el PP-- de que se puede hablar con los etarras, después de que éstos hayan depuesto definitivamente las armas, para tratar el problema de los presos y de los activistas que residen en el extranjero. Se trata de una fórmula para acabar cuanto antes con la barbarie de ETA.

Pero la manifestación de ayer fue más allá. Las consignas que se gritaron demuestran que muchos de los asistentes secundaban a la dirección del PP en su decisión de echar un pulso al Gobierno en el terreno de la lucha antiterrorista, aunque para ello se recurra a la utilización de las víctimas. Una estrategia que crispa el ambiente político y que responde a los impulsos de los sectores más ultramontanos de la derecha española.