PSOE y PP no son lo mismo. El pronto de alguno al leer este titular dirá: Pepe, acabas de descubrir la pólvora. La misma persona, si cuenta hasta diez, puede encontrar otro sentido a esta afirmación. Mi intención es dar un toque al pensamiento generalizado en buena parte de la sociedad: "Todos son iguales, que les vote su tía Rita". Vivir en un régimen democrático nos pide comportamientos de demócratas. El mesianismo partidista confunde la pensión o el sueldo en precario con la profunda reflexión que hemos de hacer antes de entregar nuestro voto. Es de necios confundir las particularidades gananciales con el común de las ganancias. No nos quedemos con la visión de nuestro entorno. Seamos capaces de superar la arboleda mediática que nos quiere confundir y miremos la situación de nuestro país, puertas adentro y puertas afuera, para desde esa contemplación tener la mejor perspectiva para que nuestro voto confirme que nos gusta lo que tenemos o buscar los horizontes de lo que queremos tener. Inhibirnos o dejarnos mediatizar sólo servirá para mostrar la inmadurez democrática que aún preside muchas de nuestras acciones y conformismos.

Futuro incierto. Los jóvenes mejor preparados que nunca tienen el próximo domingo una gran oportunidad para hacerse oír en las urnas. Conforman el sector más crítico y reflexivo a la hora de opinar, pero, al mismo tiempo, son los que en menor porcentaje acuden a votar. Las elecciones en la universidad registran porcentajes escandalosamente bajos y en unas elecciones generales ocurre lo mismo. No se corresponde su militancia en las múltiples ONG, las peregrinaciones a combatir el Prestige o sus protestas contra la guerra, con hacer oír su voz inconformista acudiendo a las urnas.

Por todo esto y por mucho más, el domingo próximo, ¡todos a votar!

*Periodista