Dramaturgo

Que venga el Papa y en Barajas cuando le reciban los ministros y ministras, Aznar y Ana Botella (con peineta y mantilla, por supuesto) y toda la corte aliada de Bush, que vean cómo se suda cuando el dedo del Sumo Pontífice se dirija a ellos, como hizo en Nicaragua con Ernesto Cardenal, que sientan sobre ellos la ira pontificia y el peso del quinto mandamiento. Porque ya está bien que siempre seamos los mismos quienes protagonicemos encíclicas, cartas contra anticonceptivos, vade retros por homosexuales, excomuniones por abortistas y piras inquisitoriales por racionalistas. Ya está bien de comulgarnos ruedas de molinos por apoyar a monseñores Romeros y teologías de liberación, por denunciar extrañas maniobras vaticanas en guerras como la de Croacia o acciones en bolsa de condones en bancos celestiales.

Ya está bien de pagar colegios concertados de curas y monjas con nuestros impuestos para que expulsen a profesores y profesoras que se separan o enseñen a los niños que junto a las pegatinas del Domund hay que ponerse la pegatina de la gaviota y el sí a la guerra . Ya está bien de seguir siendo los hijos pródigos, la Magdalena pecadora, el publicano del templo, los malos ladrones, los judas iscariotes y las serpientes del Paraíso.

¡Por primera vez llega un Papa a España y en el totus tuus entra la izquierda antibelicista; por segunda vez después de Pablo VI hay un pontífice que olfatea el olor apestoso de los intereses creados bajo el palio y los botafumeiros.

Sólo falta que le dé por excomulgar a alguno o irse a celebrar misa a Bagdag para que se detenga la masacre. ¡Sería la repera! Igual hasta voy a misa al domingo siguiente.