Querido lector, dos puntos

¿Dejaría la presidencia del Partido Popular en manos de Alberto Núñez Feijóo, que ha demostrado que para los votantes de Galicia la corrupción de su partido es orvallo, algo con lo que convivir? ¿O acaso se atribuiría el resultado, convencido de que esa victoria es la victoria del Partido Popular y, en consecuencia, de su presidente?

Mire que si Núñez Feijóo se ha distanciado de usted durante la campaña (salvo el día de cierre, por cortesía) es porque no le necesitaba. Y no solo a usted: tampoco al partido, como prueba el que nadie crea que en Galicia haya ganado el Partido Popular, sino Núñez Feijóo. Y ya se sabe lo que ocurre cuando un nombre empieza a brillar con luz propia sobre unas siglas, es decir, sobre un partido...

Ciertamente, el triunfo de Galicia le puede servir para auparse en unas terceras elecciones generales, pero recuerde que en las dos anteriores no logró lo que Núñez Feijóo ha logrado ahora, nada más y nada menos que enviar al PSdeG al tercer puesto, dividir a Podemos y arrebatarle los votos a Ciudadanos. ¿No ha pensado que en su partido quizá ya no piensen tanto en usted, o que empiecen a pesar de otro modo, en términos honoríficos, por ejemplo? Al fin y al cabo, Núñez Feijóo no solo colecciona éxitos electorales (ocho años presidiendo la Xunta) sino que es joven (55 años) y tiene limpia la cartilla de servicios (ningún Bárcenas, ninguna Barberá, ningún Rato, etcétera). Y está, además, la ambición que segrega siempre un triunfo tan rotundo, capaz de llevar al asesinato del padre, legítimamente y con la aprobación de la familia.

Así pues, querido lector, ¿qué haría si fuera usted Mariano Rajoy? ¿Maldeciría la hora en que le pidió a Núñez Feijóo que repitiera como candidato, convencido de que sería el único capaz de asegurar Galicia, y cuando él ya había decidido que ni política ni partido? ¿O aceptaría que otro gallego haga oposiciones para ocupar su puesto?