Leí en algún sitio "El andén de una estación es ya una invitación al viaje".

Pero todos los días del año sé muy bien que no hay tren desde Cáceres ni a Málaga, Córdoba, ni a Santander, ni a Avila, ni a Murcia, Barcelona... costas, piedras centenarias, huertas, sobaos pasiegos, catedrales o guadalquivires. Querido tren ¿dónde estás que no estás aquí para invitarnos a viajar por nuestro intenso país? Ni alta velocidad ni coches cama de caoba ni expresos. Rieles a Madrid de ida y vuelta. ¿No es aburrido y evidentemente monótono ir y volver al mismo sitio?

Dónde están tus vagones, máquinas, locomotoras, atravesando ríos y montañas transportando a muchas, muchísimas personas ávidas de iniciar y culminar viajes por España, sencillamente.

¿Qué interés tiene que no interese que llegues a la hora a las estaciones repletas de viajeros impacientes, ilusionados?

Una ciudad aislada se refleja en unos ciudadanos aislados.

Islas. Archipiélagos.

Querido tren, "El andar en tierras y comunicar con diversa gente, hace a los hombres discretos" dijo Miguel de Cervantes. Que algo de todo sabía.

María Francisca Ruano **

Cáceres