TDte nuevo el lenguaje de las bombas resuena en Oriente Medio, en esta ocasión bajo el nombre de operación Enjambre , no sé si por el símil que representa dándonos a entender que la magnitud de participantes es grande, o por los efectos dañinos que quieren infundir en el territorio en que intervenga.

El Diccionario de la Lengua Española define la palabra terrorismo como "dominación por el terror" o "sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror". A cualquiera que se le ocurra analizar profundamente esta acepción lingüística, se le vienen a la cabeza multitud de situaciones que inundan la cotidianeidad actual y que encajan perfectamente en el contenido de este vocablo.

Personalmente y en esta ocasión quisiera centrar mis argumentos en esa operación y en las mentes que, una vez más, saltándose a la torera las disposiciones y preceptos de orden internacional, ponen en marcha tan aberrante acción, sin ninguna fundamentación lógica y violando, muy a las claras, lo democráticamente establecido y admitido por todos, desembocando en odios y provocando las iras y deseos de venganza que, en cualquier momento, pueden repetir tragedias aún en nuestra memoria. Si volvemos al Diccionario y nos detenemos en la segunda de las definiciones creo que a nadie se le escapa ante quién estamos, qué tipo de procesos existen para quiénes ponen en práctica el terrorismo, en qué listas han de incluir sus nombres y en dónde deben terminar aquellos que amparan e incitan actos de violencia, máxime cuando lo hacen en nombre de la democracia y del derecho internacional.

Sinceramente creo que mientras a nivel global no seamos lo suficientemente atrevidos de llamar a las cosas por su nombre, de poner a cada uno en su sitio y de juzgar a todos bajo la misma ley, este mundo, el de más allá y todos los que vengan, serán una excusa más para mantener ciertos imperios que, entre unos y otros, estamos fortaleciendo con nuestro silencio.

*Técnico en Desarrollo Rural