El sábado me dirigía, con gran expectación, a ver la película La pasión de Cristo . ¿Sería realmente una película de contenido antisemita --como dicen algunos--, habría una obsesión por la sangre en el argumento --otros--, o me encontraría con otro sermón melifluo, que suele ser frecuente en el tratamiento de estos temas? La verdad es que no me encontré nada de eso, sino con la persona viva y palpitante de Cristo, de su Madre, de los discípulos,... No soy capaz de salir del asombro y la huella que me ha producido. Lo que había leído en los evangelios, como pobres palabras en un papel, adquiría un realismo interpelante. Yo me atrevería a llamarle el evangelio del siglo XXI, estamos ante un nuevo evangelio, el quinto evangelio. Gracias, Mel Gibson. RICARDO PALANCAR HERMOSILLA Cáceres