El escritor madrileño Rafael Sánchez Ferlosio (Roma, 4-12-1927) ataca de nuevo con su prosa conceptual y elegante. El último libro por ahora, Non olet, es una crítica del concepto del trabajo tomado como necesidad natural de la persona. Aunque su nombre va unido a El Jarama, un título clave de la narrativa española del siglo XX, a Ferlosio le cuestan tanto las novelas, que no se prodiga escribiéndolas (El testimonio de Yarfoz es otra excepción) ni tampoco, según dice, leyéndolas.

Asegura no haber leído Soldados de Salamina, obra en la que se recrea literariamente el fusilamiento fallido de su padre, Rafael Sánchez Mazas, dirigente de la fascista Falange Española, a quien unos catalanes le salvaron la vida durante la guerra civil. Si su hermano Chicho, cantautor y matemático, no ha tenido inconveniente en participar incluso en la película salaminesca de David Trueba, el sesudo ensayista Rafael aborrece el tema. Se prodiga más como articulista y analista de la realidad social y política, cargado de una erudición sabiamente distribuida en sus textos.

En Extremadura se le recuerda por sus estudios infantiles en el colegio jesuita de San José de Villafranca de los Barros, por sus largas temporadas en su casa familiar de Coria ahora puesta en venta y el premio que acaba de recibir en Don Benito por un artículo publicado en ABC .