El líder del Partido Popular, Mariano Rajoy , presentó hace unos días en sociedad su propuesta de reforma fiscal. En ella se contiene una importante rebaja impositiva tanto para las personas físicas, el tipo marginal se situaría por debajo del 40 por 100, como para las empresas, así como la reducción de los tipos de una serie de figuras tributarias "sucias", Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y de Actos Jurídicos Documentados. De esta manera, el Estado devolvería a los ciudadanos alrededor de 20.000 millones de euros frente a los 6.000 ofrecidos por los socialistas. Con rapidez inusitada, el vicepresidente segundo, Pedro Solbes , ha sostenido que la iniciativa de los populares produciría un agujero presupuestario y/o se traduciría en un recorte del gasto público de similar cuantía.

Esas críticas del PSOE a la reforma fiscal de los populares son poco consistentes. En primer lugar adolecen de una visión estática, esto es, no tienen en cuenta los positivos efectos sobre la actividad económica y, por tanto, sobre la recaudación, de una fiscalidad menor. Con impuestos más bajos, los individuos tienen más incentivos para trabajar y consumir, y las compañías para invertir. Esto significa que las rebajas impositivas se autofinancian en gran medida. Así sucedió con las introducidas por el PP en el IRPF y en la tributación sobre las plusvalías en las pasadas legislaturas. En otras palabras, como enseñó Arthur Laffer, bajar los tipos no tiene porque suponer una merma para las arcas públicas.

Por otra parte, los tipos impositivos de las dos principales figuras tributarias directas (IRPF y Sociedades) se sitúan en niveles cada vez menos competitivos porque otros países han acometido y/o van a acometer recortes impositivos que se traducen en una menor fiscalidad sobre las personas y las compañías que la existente en España. Desde esta perspectiva, la competencia fiscal de otros países nos obliga a asistir a una menor entrada de inversiones exteriores y a una mayor salida de capital español hacia fuera o a emprender una rebaja de impuestos que haga atractivo invertir en la Piel de Toro.