Las elecciones del 2012 constituyen la preocupación fundamental de las cúpulas de los dos grandes partidos españoles. De ahí que los sondeos, que, por ahora, interesan poco al común de los ciudadanos, se estudien con atención extrema en esos ámbitos. Hasta en sus aspectos más recónditos. Y ha sido justamente un detalle menor del publicado recientemente por El País el que ha generado la última polémica. El punto en cuestión es que de la encuesta se deduce que un pequeño porcentaje de electores socialistas creen que tanto Alfredo Pérez Rubalcaba como Carme Chacón son mejores candidatos electorales que José Luis Rodríguez Zapatero . A quienes promueven estas cosas les ha faltado tiempo para asegurar que en el PSOE se debate sobre quién debe encabezar la lista del 2012. Sin aportar dato alguno y en contra de la norma más elemental de la vida de nuestros partidos. Aquella que dice que, en estos asuntos, y en casi todos, quien tiene la mano es el jefe y que, mientras este no se pronuncie al respecto, los demás callarán como tumbas, no vayan a caerse de las listas. Y como Zapatero no ha abierto la boca, no hay debate que valga. Los portavoces mediáticos de la derecha saben que eso es así. De ahí que haya que buscar otras intenciones en su campaña. Y, buscando, aparece algo muy claro: que Zapatero sigue siendo el gran escollo que tiene Mariano Rajoy para instalarse en la Moncloa. Lo dicen todos los sondeos: el líder del PSOE sigue siendo bastante más popular que Rajoy y, lo que aún más importante, provoca mucho menos rechazo que su rival. "Zapatero es mucho Zapatero, sobre todo en campaña electoral", ha reconocido en privado un alto dirigente del PP, aún afectado por el golpe de marzo del 2008. Fraga lo ha dicho en el último cónclave del partido: la victoria de Rajoy estará en el aire mientras sus índices de popularidad sean menores. De ahí que el objetivo número uno del PP sea erosionar la imagen de Zapatero. Asegurando que está en cuestión en el PSOE o echándole la culpa de lo que pasa. Porque, en su fuero interno, todos temen que Rajoy pierda otra vez.