Profesor

Escuchaba en un programa de radio al joven candidato a la alcaldía de Cáceres por Izquierda Unida hacer una descripción, a mi juicio acertadísima, sobre la caracterización que encabeza la campaña del Partido Popular en Cáceres y que tanta expectación, polémica, diversidad de opiniones está causando: el lema no es otro que el popular De Cáceres de toda la vida .

Indicaba Víctor, que le venía al alcalde como anillo al dedo . Y es cierto. Se nos presenta a los que vivimos en Cáceres un candidato que quiere seguir como siempre, que no cambia aunque a su alrededor nada fuera como hace 40 años, que quizás añore otros tiempos, que quizás prefiera revivirlos en su ciudad. El es el de siempre, aquél del Antiguo Régimen reinando en la ciudad feliz.

Va a ser verdad lo que anunciaba Ibarra en un acto con los socialistas cacereños donde nos vino a decir que esta derecha que tenemos/padecemos sólo tiene/pone los pensamientos en las rotondas. Se acentúa la precampaña y empiezan a proliferar los rostros impresos en las fachadas, acartonados unos, desfigurados otros. ¿No sería mejor que inundaran nuestras paredes, nuestras vidas, con ideas en vez de con fotografías de los contrincantes?

Al final se produce una verdadera batalla por la imagen, por copar los mejores puestos, por lograr ventajas en cabinas telefónicas, autobuses urbanos... Por lucir en Cánovas. Por estar francamente mejorable sobre el papel. Por aparecer.

Nadie parece acordarse del día después. De los integrantes de las candidaturas que brillan " cuando se les anuncia en el periódico del día pero que a continuación se desvanece su protagonismo. Algunos preferimos hablar de equipos, programas y calendarios de actuaciones.

Ojalá en las semanas que se avecinan se utilice con más frecuencia la primera persona que la tercera. La ciudadanía se expresa con los aciertos de cada uno y huye de las descalificaciones como método de los otros . Sólo le pido a Dios, que ni la guerra, ni las dictaduras, me causen indiferencia.