Dice Javier Tomeu que todos los que quieran disfrutar de la belleza de los ojos del tábano, policromados como vidrieras góticas, tienen que estar también dispuestos a soportar sus picaduras. Algo de esto sucede, al contemplar la obra de teatro de Juan José Marín Torvisco, Los cañones , donde una pandilla de jóvenes, en una noche de botellón , anestesiados y desinhibidos por los efectos de la garlopa y el alcohol, va desgranando sus sentimientos sobre temas universales como el machismo, la amistad, las drogas, la religión, el sexo, la guerra... Arán Dramática, con Los cañones (un montaje de aparente sencillez, pero de ardua puesta en escena), está pidiendo a gritos un baño de pequeñas multitudes por todo el territorio nacional. TEOFANES GALAN SANCHEZ Badajoz