La amplia remodelación del gobierno que ha hecho el presidente cubano Raúl Castro va en la dirección contraria a la apertura. El cambio más significativo en este sentido es el del ministro de Exteriores, Felipe Pérez Roque que, aunque ortodoxo porque no puede ser de otro modo dado el régimen de que se trata, ha encarnado la imagen más homologable del castrismo en el mundo.