Raúl González recogió ayer el cálido aplauso de un grupo de aficionados e incluso de los periodistas que cubrían su última rueda de prensa como madridista. Raúl dejó su impronta señorial y de magnífico deportista también a la hora de despedirse del Real Madrid. La mayor leyenda madridista después de Di Stéfano, como dijo Valdano, no pudo evitar las lágrimas.