XMxanuel Marín es un político serio y consistente, de los que no abundan entre la actual clase política española. Por eso Manuel Marín brilla con luz propia y es una excepción. Todo esto viene a cuento porque al presidente del Congreso su partido, el PSOE, le ha dejado solo una vez más. En esta ocasión por la actitud entre infantil y faltona de algunos diputados nacionalistas empeñados en hacer del uso de su lengua un conflicto.

Una cosa es que el catalán, el vasco y el gallego sean lenguas cooficiales junto al español en sus comunidades autónomas y otra muy distinta su uso en el resto de España. Naturalmente que un gallego, pongamos por caso, tiene todo el derecho de hablar gallego en cualquier lugar de España, pero sabiendo que no le van a entender. De manera que, si todos los españoles tenemos una lengua común, el español, lo lógico es que lo hablemos, independientemente de que en nuestras comunidades utilicemos la otra lengua cooficial. Marín venía permitiendo que los diputados nacionalistas comenzaran sus intervenciones en la lengua de su comunidad para luego pasar al español. Pero el problema de los nacionalistas es su insaciabilidad y en ocasiones su mala fe. Nunca tienen suficiente. De manera que en los últimos días han apretado el acelerador y en vez de subirse a la tribuna y comenzar sus intervenciones en su lengua materna y luego continuar en el idioma común, cogen carrerilla y continúan hablando en la lengua de su comunidad sin que salvo los suyos el resto les entienda. ¿Qué quieren demostrar? Que son de un país diferente y que si les quieren entender les traduzcan.

El presidente del Congreso se ha hartado y ha decidido que, hasta que no haya nuevo reglamento del Congreso, se vuelva a hablar en español, que es el idioma que todos conocen, lo que ha provocado que los nacionalistas protesten y que el portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba , haya decidido romper una lanza a favor de los nacionalistas. Lo que están haciendo los grupos nacionalistas es lisa y llanamente desafiar al presidente del Congreso y crear una de esas situaciones infernales que tanto les gusta porque pueden decir que les reprimen. La lengua es un vehículo de comunicación, no un arma, que es como la utilizan nacionalistas. Y una cosa es fomentar el uso de las lenguas cooficiales y otra convertir el Congreso en un lugar donde sus señorías no se entiendan los unos con los otros y tengan que tener traductores. Ese planteamiento es tan ridículo que les debería dar vergüenza sólo plantearlo. El problema de los nacionalistas es que se creen que vienen al mundo de un modo diferente al del resto de los mortales.

Una cosa es fomentar el uso de las lenguas cooficiales y otra convertir el Congreso en un lugar donde sus señorías no se entiendan y tengan que tener traductores. Ese planteamiento es tan ridículo que les debería dar vergüenza sólo plantearlo