El 9 de mayo celebramos la paz, la democracia, la solidaridad, la libertad, la prosperidad y, sobre todo, nuestra identidad europea. El enclave, el Monasterio de Yuste: emblema histórico de una alianza soñada por el emperador Carlos V, primer visionario de una unidad que, más de cinco siglos después, y ya materializada, se visualiza en el Día de Europa.

Este año los extremeños hemos celebrado Europa más alto y claro, si cabe, que en otras ocasiones. Los resultados de las elecciones de Holanda y Francia son el signo palmario de que triunfa la defensa de una Europa para todos, que no se hunde ante tempestades populistas e insolidarias. Los principios de la UE han vencido y resplandecen. Tenemos motivos para sentirnos orgullosos de nuestra alianza porque, gracias a ella y a los que la hicieron posible con política de altura, somos hoy más fuertes y sabemos que debemos seguir avanzando juntos en un proyecto común.

Hay razones de peso para que Europa recupere la fuerza y la confianza de los ciudadanos. La unidad es demasiado importante y necesaria como para despreciarla, y no sólo para los estados miembros, sino para todos los países del mundo. Es de especial interés para los extremeños desterrar cualquier tentación euroescéptica: no podemos olvidar que somos objetivo 1 de Europa, la única región española que recibe fondos comunitarios para la convergencia.

Pero Extremadura lleva dos años desaparecida en el ámbito comunitario. Lo que nos resta de legislatura estamos obligados a retomar el peso específico que la región tuvo en la Unión Europea durante la pasada legislatura. Debemos exigir a Fernández Vara que retome la agenda europea. El Gobierno extremeño debe entender que las inversiones con fondos europeos tienden a crear más empleo y a aumentar más el PIB per cápita en las regiones más pobres y con mayores tasas de desempleo.

El presidente extremeño debe estar en Europa, pero no para hacerse la foto y volver con algún titular que tuitear, sino para trabajar por nuestra tierra, poner en pie el Plan Operativo 14/20, relanzar la Estrategia Industrial y desarrollar la Estrategia de Especialización, porque son herramientas clave para nuestro crecimiento.

Europa tiene el reto de pasar página a la crisis económica y social, y Extremadura debe contribuir a ese fortalecimiento cumpliendo con sus obligaciones. Tenemos derechos y también deberes como europeos. Incumplir con el déficit, como ejemplo poco honorable, nos convierte directamente en incumplidores con Europa.