Sería cicatero escatimar el reconocimiento al esfuerzo que ha hecho el SES y los colegios de Farmacéuticos para implantar en toda la región, y en el tiempo previsto, la receta electrónica, una herramienta en la que Extremadura es pionera y un ejemplo de utilización de las nuevas tecnologías en beneficio de la eficiencia del sistema sanitario y de colaboración entre dos pilares del sistema: el sanitario y el farmacéutico.

La receta electrónica permitirá a los enfermos crónicos --los que tienen un tratamiento continuo y estable, que son cada día más por el envejecimiento de la población-- prescindir de la visita periódica al médico en busca de recetas. Y permitirá, sobre todo --y es paradójico que quizás los mayores beneficiarios de su implantación sean los que no la van a necesitar-- que el médico de Familia obtenga tiempo para atender a los pacientes que les llegan con un problema inmediato de salud. La receta electrónica, además, dignificará la labor del médico, tantas veces quejoso de que buena parte de su jornada la emplea, en lugar de en curar, en expender recetas. Eso empieza a acabarse. Felicidades por ello.