El cabeza de lista del PSOE en las últimas elecciones al Parlamento europeo, Josep Borrell, se convirtió ayer en el tercer español que preside esa Cámara, tras Enrique Barón y José María Gil-Robles. Un pacto entre los grupos mayoritarios, el popular y el socialista, ha dado la presidencia a Borrell durante la primera mitad de la legislatura, en la que se debe producir la discusión parlamentaria de la Constitución europea, que reforzará los poderes del legislativo de la Unión.

Borrell reorientó hacia Europa su carrera política después de que, en 1999, cuando era candidato del PSOE a la Moncloa en las elecciones generales del 2000, estallase un escándalo fiscal que afectó a algunos de sus antiguos colaboradores. A diferencia de lo que suele suceder en la clase política española, incluso cuando se trata de responsabilidades directas, y no tan difusas como sucedió en aquel caso Huguet-Aguiar, el exministro prefirió dimitir antes que aferrarse al cargo, malgastar su prestigio en una defensa numantina y erosionar a su partido. Esa decisión se ve recompensada ahora con su regreso a la primera línea de las instituciones de la Unión, donde ejercerá de europeo y de español.